Es una serie de diez dibujos que muestra diversos personajes que se identifican históricamente con el “poder”. Por un lado se relacionan con supuestas democracias contemporáneas, y por otro con dictaduras o totalitarismos.

Cada personaje tiene unos rasgos específicos que lo representan, como por ejemplo bigote, cierto tipo de peinado o de accesorio. Extraigo estos atributos, convirtiéndolos en una plantilla de papel simple y negra. Los retratos se emplazan verticalmente sobre una mesa, sobre la cual se colocan también las plantillas. En una actividad supuestamente infantil, el espectador está invitado a modificar los retratos, añadiendo a cada “dictador” diferentes tipos de bigotes, peinados o accesorios, formando y transformando el personaje según su gusto e imaginación. 

La mesa con los dibujos está acompañada por un video en modo loop, donde se van siguiendo los retratos en múltiples formas y modificaciones. Los personajes se van transformando y sus rasgos mezclando entre sí, resignificando de tal manera el sentido “estético” y político de cada uno. 

Se crea un juego entre el disfraz y el retrato; disfraz esconde totalitarismos bajo rasgos democráticos y al final, sea cual sea el país o la época de cada uno, todos parecen ser iguales, jugando el mismo  juego de poder.